divendres, d’octubre 22, 2010

“Si un campesino quiere sembrar por ejemplo maíz, preparará la tierra, la revolverá, abonará y regará y protegerá el campo de la maleza, también de animales y hombres que puedan pisotearlo. Confía en que el grano de maíz ya sabe cómo desarrollarse. A un campesino jamás se le ocurriría enseñarle al maíz cómo tiene que echar raíces, formar el tallo y las hojas para desarrollarse al final en una planta portadora de frutos. Creemos que nuestros hijos no son menos inteligentes que otros seres vivos y que son capaces de crecer y desenvolverse según su propio plan de desarrollo siempre y cuando les acompañemos en este camino con amor y respeto procurándoles un entorno que se adecue a sus auténticas necesidades de desarrollo.”

R. Wild.